Conócete a ti mismo( enfermedades mentales)

Cleptomanía: es una enfermedad mental de tipo compulsivo en que, el que la padece, siente adicción al robo o hurto aún sabiendo que es absurdo hacerlo porque posee medios para comprar o adquirir lo que roba. El que lo hace va acumulando en su casa en una habitación aparte todo lo que roba sintiendo remordimiento y arrepentimiento de llevar a cabo dicho comportamiento o actitud; pero no puede evitar dicho impulso al robo.

Neurosis obsesivo-compulsiva: en esta enfermedad se conserva intacta la capacidad de razonar coherentemente. El que la padece siente dentro de sí órdenes y mandatos que tiene que obedecer aunque las considera absurdas y fuera de sí racionalmente. ejemplo: lavarse continuamente las manos creyendo tenerlas contaminadas aún sabiendo que todo ello es inexistente, contra natura… y si el que la tiene se resiste siente angustia, no puede evitarlo hacerlo una y otra vez. Otro caso es quitarse la ropa una y otra vez porque el que lo hace no está seguro de haberlo hecho bien aunque sabe coherentemente que sí que lo ha hecho aunque no puede evitarlo.

Psicosis: es cuando dentro de un mismo individuo conviven dos personalidades diametralmente opuestas o diferentes. Por ejemplo: el amable dueño de una pensión se transforma en una mujer capaz de asesinar a una inocente secretaria mientras se ducha, como sucede en la película «Psicosis» de Alfred Hitchkock; existiendo estos casos en la vida real.

Delirios de grandeza: por ejemplo, Jean Bokassa (presidente de la República Centroafricana), se autocoronó como rey, dueño y jefe absoluto de la nación que dirigía; estando a punto de causar la ruina total de su pueblo por las tropelías e injusticias que llevaba a cabo mientras su pueblo se moría de hambre. Otro caso es el de Adolph Hitler, el cuál, de ser un vulgar licenciado en Bellas Artes, fue subiendo escalafones, llegó al poder, se hizo importante y quiso apoderarse del mundo empezando por invadir Polonia para ir llegando hasta el final, causando la II Guerra Mundial.

Fernando Martí

Deja un comentario